Espacios naturales muy transformados y dependientes de la intervención humana

Las zonas forestales ocupan casi la mitad de la superficie de España y los árboles cubren más de un tercio del territorio nacional. Sin embargo, una parte importante de las áreas naturales de España han sido considerablemente transformadas por la acción humana y, por tanto, actualmente dependen del cuidado y la intervención humana para lograr un equilibrio ecosistémico.  Por ejemplo, en ciertas zonas, la maleza que rodea los cursos de agua puede llegar a ser tan espesa que imposibilite el paso de los animales, llevando a la pérdida de algunas de las funciones de corredor ecológico. Acciones tales como el desbroce selectivo pueden mejorar las funciones del ecosistema y reducir el riesgo de plagas; lo mismo ocurre con un bosque. Por lo tanto, el fomento de la gestión forestal sostenible podría no sólo conducir a la creación de empleo y ayudar al reequilibrio socioeconómico del territorio español, sino que además podría ser fundamental para la regeneración de algunos ecosistemas, para evitar la degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad y los incendios forestales.

Por ejemplo, existe una relación entre el éxodo rural, el abandono de los bosques y la gestión de los incendios forestales. En la actualidad, la gestión de los incendios se centra en la lucha contra los mismos -esfuerzos de respuesta a los incendios- en lugar de la prevención, que requiere esfuerzos de conservación a largo plazo. El énfasis en la lucha contra los incendios frente a la prevención influye en el destino de las inversiones públicas y en el tipo de gestión forestal que se lleva a cabo.

En el contexto del cambio climático, la gestión sostenible de los bosques resulta aún más importante. La intervención humana, por ejemplo diversificando las especies arbóreas plantadas, puede conducir a una mayor resiliencia del bosque, a una mejor resistencia a las plagas, a los largos períodos de sequía o a las altas temperaturas prolongadas; o puede llevar al bosque en la dirección opuesta a una mayor vulnerabilidad y degradación.