Los fabricantes nacionales están desarrollando poco a poco documentación que mide y demuestra la sostenibilidad de sus productos, como los Análisis del Ciclo de Vida (ACV) y las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP). Las empresas grandes e internacionales, además de los sectores bien organizados como el del metal de algunas regiones, están liderando estos esfuerzos, mientras que las entidades pequeñas y menos maduras, como las que componen la mayor parte del sector de la madera, progresan más despacio. Por ejemplo, FINSA, que se describe a sí misma como una de las principales empresas de transformación de la madera en Europa, cuenta con abundante documentación medioambiental (EPD). En algunos casos, organizaciones como FSC han podido certificar productos de papel trabajando con grandes organizaciones multinacionales del sector textil como Inditex, por ejemplo.