Productos madereros de bajo valor añadido

Las prácticas de gestión forestal en España se centran principalmente en la producción de madera de bajo valor añadido (por ejemplo, papel, paletas, biomasa, tableros de partículas, etc.). Este tipo de gestión minimiza las necesidades de inversión a corto plazo, pero da lugar a productos forestales con escaso valor añadido, lo que lleva a percibir reducidos márgenes de beneficio y a tener una capacidad que se percibe como limitada para reinvertir en una mejor gestión forestal y en prácticas más eficientes.

La madera estructural requiere prácticas de gestión, tales como podas adicionales o que los árboles alcancen un diámetro mínimo y una determinada densidad, que llevan a un aumento de la inversión en comparación con los costes de producción de la madera de menor valor añadido. 

El rendimiento de las inversiones realizadas para adoptar mejores -y más costosas- prácticas de gestión forestal y así poder producir productos de mayor valor añadido (por ejemplo, madera estructural), pueden tardar varias décadas en obtenerse (en torno a 30 años, según la especie).