Un bosque bien cuidado protege su biodiversidad y sus ecosistemas. Un bosque debidamente atendido es un bosque gestionado de manera sostenible. Esta actividad forestal disminuye el riesgo de incendio, plagas y enfermedades, reduce la deforestación y protege los bosques primarios. Además, favorece en su entorno el desarrollo de actividades económicas complementarias a la forestal y también las explotaciones económicas alrededor suyo de naturaleza turística.
Unos bosques cuyos recursos son aprovechados, no disminuyen su superficie forestal, sino que la aumentan.